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La melancolía del Facebook

Tod@s tenemos esos días en los que nos gusta echar la vista atrás, en los que nos aferramos a nuestros recuerdos porque la melancolía invade nuestro pobre corazón y hoy he descubierto que Facebook se ha convertido en ese viejo álbum que guardabas en un cajón dónde tenías las fotos de la Barbacoa con Paco, ese día que hiciste una fiesta de playa en el restaurante  la cata que hiciste con Félix, esa inolvidable cena de reencuentro con viejos amigos en El Bulli, la comida de los veteranos de Basket Valencia, el día que Los Marea vinieron a comer conmigo o el concierto que disfrutamos después, la inmensidad del Sáhara con mi hermano Javi a mi lado, el concierto privado de ElectricNana dónde descubriste a una bellísima persona e hiciste muchos y buenos amigos, la foto de Clara Montesinos , l reina del Instagram o la charla de la otra Clara en el Sargantana&tweets, esa foto con Marta y sus orejas Pepperizadas, la rueda de prensa de Gastronomía #ypunto o Migue robando vino de la bodega, ese aniversario de Mari tan especial con Sebastián, Rafa, los Peles y toda la gente buena de restauración, el sarganchoco, pintando sueños con Vicente, el sarganpaello y todos esos momentos especiales que en estos últimos años tan feliz me han hecho.

Hace tiempo que lo reivindico y así lo confirmo hoy, el Facebook no es ni más ni menos que un reflejo de la sociedad real, un cuaderno de bitácora dónde voy guardando todos mis recuerdos para, de vez en cuando, volverme nostálgico,d ar un paso atrás y, como dice mi amiga Carmen, dar dos hacia adelante. Gracias Marck por permitirme guardar tan gratos recuerdos y poder disfrutar de ellos en cualquier rincón del planeta 🙂

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El semáforo de @sargantanaVLC

Ya lo decía el maestro Sabina en su canción: «¿quién me ha robado el mes de abril?», pues este año casi casi. Acabo de pasar un par de semanas muy duras, unas semanas en las que se te van las ganas, la ilusión se apaga, el acto de levantarte cada mañana se ha convertido en un esfuerzo sobrehumano y lo único que me apetecía hacer era sumergirme en mi tristeza, abrazarme a ella, como ya dijo el maestro Chinato, y llorar, llorar y llorar. Llorar porque no tengo un euro, llorar porque las cosas no van bien, llorar porque no veo a mi princesa, llorar…

Esto se traslada a mi día  día y, por supuesto, se ve reflejado en mis perfiles sociales, si le echas un vistazo a mi muro o mi timeline verás que en las últimas semanas no he levantado cabeza y al cosa se iba hundiendo, en cierto modo estaba tranquilo, soy una persona fuerte y he aprendido a abrazar a la tristeza mirándola a los ojos, retozando con su lengua y sintiendo su frío, pero sé que siempre se sale, que me dejo caer en el abismo porque tiene fin y cuando llego abajo cojo impulso, alguien me dijo que uno para atrás y dos para adelante.

Y ayer tras mil cábalas y momentos de desasosiego, preocupación y búsqueda empiezo a recibir dm’s, mensajes, sms, llamadas y empiezan a echarme una mano todos mis amigos, los de redes, los de fuera de redes, todos mis AMIGOS. Y pienso en porqué la vida me trata así y entonces veo que Paco está currando en unos vídeos estupendos, que Carmen me escribe un post, que Marta está trabajando en unos proyectos superchulo conjuntos y que habla con Bernat para que me eche una mano en el enfoque, que Dani no para de mover las redes, que Julio me llama para decirme que está ahí, Eduard me manda un guiño, Diego y Raquel se ofrecen como extras, que Marcos está preparando una una nueva web espectacular y me llama para que no cene sólo,  y así podría continuar la lista hasta el infinito y más allá….

Pues sí soy afortunado, soy afortunado porque existe el Semáforo de @sargantanaVLC, un venue que existe en Foursquare (esto significa un punto geolocalizado en una red social online) que creé hace unos meses y que Carmen me hizo ver al escribir su post: más de 29 personas me han dicho Hola en algún momento, más de 250 veces le han dado al check-in, sé que es un lenguaje algo técnico o friki, pero lo que quiero decir en resumen es que el dinero se puede cuantificar, el trabajo se puede valorar, pero el AMOR y la fortuna que tengo al estar rodeado de tanta gente que sabe que lo que más me gusta hacer es mimarlos y quererlos, eso no tiene precio y encima se dejan mimar.

Gracias a todos por estar ahí, los que habláis y los que no, ahora toca remontar el vuelo y siempre con más fuerza. 

OS QUIERO 🙂
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