La BSO de mi vida

Es curioso como hay gente que recuerda sus momentos, yo tengo la extraña costumbre de poner música a todo lo que me va sucediendo en mi vida, e incluso en algunas ocasiones la música ha sonado en mi cabeza mientras lo estaba viviendo.
Así es como empezaron a sonar los REM con su Losing my Religion cuando hice el amor por primera vez con Patricia, una moza morena de pelo rizado que me descubrió que las chicas ¡son de carne!, luego vino Roberto Iniesta que me hizo ver a Jesucristo García en un concierto en Llutxent a las tantas de la madrugada, Somos Siniestro Total se quedó pegado a mi amigo Ricardo, tras disfrutar de su concierto, quizás por eso llegó un Unicornio Azul que bañó a Ana, una moza morena y de pelo rizado que desde Zaragoza vino a descubrirme un Silvio Rodriguez que movió y despertó hasta mi último chackra.
Así es como, ya más crecidito, Marea tomó las riendas de mi proyecto empresarial, y ahora vital, dándole música a mi amigo Julio, con el que inicie este precioso camino empresarial, poco a poco llegó otra vez Marea, pero esta vez con su Corazón de Mimbre para recordar a la madre de mi princesa, que fue engendrada mientras sonaba Anda Suelto Satanás de Barón Rojo.

Llegó mi primer divorcio y Los Manolos me descubrieron una pelirroja muy rumbosa con su quiero verte y una morena de pelo rizado, esta vez chilena que me dejó un sabor agridulce de Quiero ser de Antonio Orozco, luego quiso la vida que esto fuera Un Paseo con una burrita adorable, mi amiga Marta, Estopa fueron los encargados de esta última canción. Lenny Kravitz gritaba fuerte su Fly Away cada vez que veía a Jennifer una preciosa inglesa de largo pelo color fuego y una mirada verde profunda, para dar paso a Carlos Chaouen con su corazón a capela con Kutxi Romero y volver a acompañar a una morena de anchas caderas y tremendo corazón, pero no todo era tan intenso y entonces Migue se quedó con la canción de Antes de ver el Sol de Coti. Y edito el post porque se me quedó pendiente mi «peque» con su «tras la barra» de Fito y Fitipaldis que me recuerda una noche única que vivimos en un Madriz frío cargado de bares y mucho rock.
El décimo aniversario de mi aventura empresarial se lo llevaron los Hombres G con su ¿Porqué no ser amigos?, nunca pensé que esta gente llegaría a estar en un puesto tan privilegiado en mi vida, pero así son las cosas.

Pasaron los años y de nuevo Orozco ponía música a una relación, esta vez rubia, aunque pasó por muchos colores con su «Estoy temblando», pero las canciones más potentes de mi vida han sido tres: «Arrepentido» de Sober que me recuerda a mi padre cuando habitaba la piel que me creó, «Ama, ama y ensancha el Alma» de Extremoduro como mantra vital y el «Maneras de Vivir» de Rosendo que grita a la libertad y la vida. No quiero olvidarme del «Imaginando» de Diana Navarro que siempre me recuerda a ese evento mágico llamado La Cena de los Sentidos»

Hay muchas más, desde el Pardao de Los Suaves que nos recuerda la importancia de seguir tocando a pesar de los malos tiempos o el «Así estoy yo sin ti» del maestro Sabina, han sido tantas que si tuviera que quedarme con una para mi funeral elegiría a Mercedes Sosa y su «Gracias a la vida».

Y hoy, 14 de enero de 2021 este post ve la luz tras más de 8 años en mis borradores, esperando la próxima canción que le ponga música a mi vida.

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